Cuento:
Érase una vez un niño que creció en un ambiente muy
violento, pobre, pero su familia era humilde y luchaba para poder salir
adelante. Sus padres debían recorrer toda la ciudad para poder trabajar, una ciudad mediana, sucia, contaminada, peligrosa, una ciudad
abandonada, aislada de las demás, una ciudad olvidada. Aquel niño
llamado Ángel debía quedarse solo, cuidando de su humilde hogar. A pesar de que
ser solo un niño debía cuidar de su hogar de tantos peligros que había en
aquella ciudad. Ángel era un niño de baja estatura, delgado pero con una gran
actitud y lleno de energía.
Un día, el niño con mucha hambre, decidió
salir en busca de comida, comida que en esa ciudad escaseaba, comida sucia. Busco entre barrios alrededor de su
casa, hasta que consiguió un pedazo de pan muy
pequeño, tan pequeño que podía pasar entre el hueco de una aguja. Ángel triste decidió volver a su casa
a esperar a sus padres. Pasaban las horas y sus padres no llegaban. Aquella
noche la paso solo en casa sin sus padres. Al dia siguiente desesperado corrió en la ciudad en busca de sus padres como alma que
lleva el diablo. Llego al
lugar en donde trabajaban sus padres, pero no los vio, le pregunto a todas y
cada una de las personas que se encontraban en ese momento ahí, nadie dio razón
de sus padres. Ángel pensó lo peor, aquel malvado hombre, que controlaba
aquella desgracia de ciudad los había secuestrado, ese hombre era llamado Gael,
era tan malvado que le decían satán. Ángel, lleno de valor se adentró en la
casa en la que vivía Gael, la cual era tan
grande que ahí podía vivir hasta un gigante. Dentro de aquella casa busco por todos los rincones y
cuartos de la casa, desesperado se dirigió a la
salida, decide regresar lenta y tristemente para su casa mientras sentía una
gran frustración. Triste sentía que todo le faltaba, ese todo ya no estaba, cuando llego a su casa se sorprendió
de aquello que vio cuando entro, eran sus padres, el esfuerzo de sus padres dio
frutos, reuniendo el suficiente dinero para
poder marcharse de aquel infierno donde llegaban las personas más despreciables
haciendo verles el fin.
Se dirigieron a la salida y allí dejaron atrás su vida pasada, vida tal como la
conocían, marchándose y desapareciendo de aquel oscuro lugar.