martes, 7 de junio de 2016

Cuento

Cuento:
Érase una vez un niño que creció en un ambiente muy violento, pobre, pero su familia era humilde y luchaba para poder salir adelante. Sus padres debían recorrer toda la ciudad para poder trabajar, una ciudad mediana, sucia, contaminada, peligrosa, una ciudad abandonada, aislada de las demás, una ciudad olvidada. Aquel niño llamado Ángel debía quedarse solo, cuidando de su humilde hogar. A pesar de que ser solo un niño debía cuidar de su hogar de tantos peligros que había en aquella ciudad. Ángel era un niño de baja estatura, delgado pero con una gran actitud y lleno de energía.

Un día, el niño con mucha hambre, decidió salir en busca de comida, comida que en esa ciudad escaseaba, comida sucia. Busco entre barrios alrededor de su casa, hasta que consiguió un pedazo de pan muy pequeño, tan pequeño que podía pasar entre el hueco de una aguja. Ángel triste decidió volver a su casa a esperar a sus padres. Pasaban las horas y sus padres no llegaban. Aquella noche la paso solo en casa sin sus padres. Al dia siguiente desesperado corrió en la ciudad en busca de sus padres como alma que lleva el diablo. Llego al lugar en donde trabajaban sus padres, pero no los vio, le pregunto a todas y cada una de las personas que se encontraban en ese momento ahí, nadie dio razón de sus padres. Ángel pensó lo peor, aquel malvado hombre, que controlaba aquella desgracia de ciudad los había secuestrado, ese hombre era llamado Gael, era tan malvado que le decían satán. Ángel, lleno de valor se adentró en la casa en la que vivía Gael, la cual era tan grande que ahí podía vivir hasta un gigante. Dentro de aquella casa busco por todos los rincones y cuartos de la casa, desesperado se dirigió a la salida, decide regresar lenta y tristemente para su casa mientras sentía una gran frustración. Triste sentía que todo le faltaba, ese todo ya no estaba, cuando llego a su casa se sorprendió de aquello que vio cuando entro, eran sus padres, el esfuerzo de sus padres dio frutos, reuniendo el suficiente dinero para poder marcharse de aquel infierno donde llegaban las personas más despreciables haciendo verles el fin. Se dirigieron a la salida y allí dejaron atrás su vida pasada, vida tal como la conocían, marchándose y desapareciendo de aquel oscuro lugar.